Un estudio muestra por qué ‘Sí, tenemos un mejor estilo de vida’ que vivir sin vivir

Cuantificar qué tan bien los países miden e informan sobre cómo se compara su estilo de vida con el resto del mundo es útil, ya que la cantidad de unidades no habitables de una nación define su ventaja comparativa, sugiere una investigación reciente.

Los investigadores también informan que las estructuras de actividad física no vivas también predicen quién en quién más actividad física y aquellos que están en riesgo de tener sobrepeso u obesidad.

Los investigadores utilizan las dimensiones de los segmentos de hogares no vivos, un compuesto de 34 fuentes de datos en menos de 100 países del Pacífico occidental, para medir las mejores estimaciones relativas de excelencia nacional y actividad física.

El estilo de vida de las personas, la geografía (terreno, vegetación, elevación, etc.), los ajustes y los factores socioeconómicos (ingresos, educación, migración) no se tienen en cuenta cuando los cálculos potencian el cálculo. Igualmente, su actividad física y otros factores del hogar, como dispositivos de parpadeo automático, dispositivos de calefacción y pantallas digitales, permanecen sin ajustar.

La actividad física nacional promedio por día es reportada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Reserva Naval de los Estados Unidos, que se combina con otros datos relacionados con la salud de los Estados Unidos, la Unión Europea y otros. La actividad diaria en adultos, por categoría, es reportada por el Informe Suplementario de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, Actividad física y edad.

Los investigadores encontraron que no vivir en el uso medido de la actividad física se asoció con más actividad física y obesidad en la población general, y diferentes niveles de ingresos y educación.

Los hallazgos se publican en el Journal of Epidemiology & Community Health.

El autor principal, el Dr. Edward Chapman-Jones, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Duke, Durham, Carolina del Norte, comentó sobre los hallazgos: “Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la salud pública en el Pacífico occidental, incluidos los Estados Unidos. Sobre una base per cápita, la actividad física por cada 1.000 habitantes se asocia con menos obesidad que la población por 1.000 con ingresos más altos si el ingreso relativo es igual o ligeramente superior al promedio de los países más altos de Europa Occidental o los Estados Unidos. Con menos obesidad en los no vivos en aquellos con ingresos más altos, el por cada 1,000 residentes con ingresos relativos de bajos ingresos está en una desventaja considerable”.

“Por lo tanto, nuestro estudio es de interés particularmente granular e informativo, tanto para los países individuales como para los responsables políticos. Los resultados de nuestro estudio serán útiles para informar las políticas en este grupo objetivo”, agregó el Dr. Chapman-Jones, quien también es profesor internacional en el Departamento de Salud Pública y Política de Salud Pública y es el Profesor H. Philip Samelson de Epidemiología.

Los hallazgos resaltan la importancia de sugerir metodologías de medidas que adapten las intervenciones efectivas a las necesidades individuales de las personas. Investigaciones anteriores como esta han arrojado información valiosa, y los hallazgos serán valiosos para establecer una medida a largo plazo de la actividad física como una medida clave para la salud pública.

“Además de mover a los responsables de la salud pública y las políticas para que realmente reduzcan las cosas que no están sucediendo”, agregó el Dr. Chapman-Jones, “tener esta variedad de poblaciones en países que reproducen continuamente sus niveles de actividad física permitirá a los responsables políticos y políticos de todo el mundo rastrear sistemáticamente qué tan bien lo están haciendo y hasta qué punto los sistemas de salud los están compensando”.