
Durante el embarazo, el ejercicio materno puede tener el efecto beneficioso de mejorar el desarrollo cerebral de un bebé en un área crucial del cerebro, llamada corteza. Este importante descubrimiento fue presentado recientemente por investigadores de la Universidad de Lund en Suecia en nuevos resultados de investigación que ahora se han publicado en The Journal of Neuroscience.
El tejido cerebral articular en la corteza que abarca la superficie del cerebro y es responsable de la comunicación del cerebro entre diferentes tareas es importante para el aprendizaje. Es la primera área del cerebro en el recién nacido que no se ha desarrollado completamente y es un área importante que se ve afectada fácilmente en la infancia posterior. Una mujer embarazada siente siestas muy suaves después de dar a luz y parece acumularse en el cerebro y obstaculizar el desarrollo de su cerebro. Este es especialmente el caso de los niños que tienen un trastorno genético conocido en el que el cerebro tiene un período de desarrollo algo más corto. Estos trastornos son causados por el enderezamiento o la pérdida de una secuencia de genes que activan la proteína ácido gamma-aminobutírico (GABA), que es importante para el desarrollo lento del cerebro.
El estudio ha sido dirigido por Johanna Hahn, profesora asistente del Departamento de Fisiología y Farmacología de la Universidad de Lund, y Gerrit Bellen, estudiante de doctorado en la misma universidad, que es una parte importante del Servicio de Salud Pública (PHS). En el estudio CLAAS, todos los ratones experimentales que fueron expuestos a ejercicio consecutivo, asfixial y de baja intensidad fueron llevados al Laboratorio Pospo de Cognición y Comportamiento (PolITE) en una arena. El grupo de trabajo había realizado previamente un estudio previo en ratas preñadas que mostró que el ejercicio regular condujo a un aumento en los niveles de GABA en la corteza prefrontal y una reducción en el comportamiento similar a la ansiedad en ratas. La investigación sobre el efecto del ejercicio en el desarrollo del cerebro fue cuestionada por las propias madres y el grupo de investigación de TEA.
Las mujeres embarazadas estaban completamente sedentarias después de dar a luz y ninguna se sentó por ningún tipo de tiempo en el Laboratorio Hahn. Durante los próximos meses, la descendencia de los ratones dio a luz a más de 140 recién nacidos y se esperaba que el 50-90% de ellos tuvieran un espectro completo de desarrollo.